UN AÑO DESPUES . . . . . 15 agosto del 2008

La Iglesia de San Clemente destruida.


Ha transcurrido un año desde el 15 de agosto del 2007, fecha en la cual Pisco sufrió el único desastre que no se puede predecir: un terremoto. Este acontecimiento dejó en grave estado a la ciudad ubicada al sur del Perú, ya que el siniestro de 7.9 en la escala de Richter arrasó con viviendas, alimentos y elementos necesarios para la gente. Ese momento fue el peor de la vida de muchas personas, que perdieron a seres queridos y necesitaron ayuda urgente para sobrevivir al caos.

Luego de un año, en el que se trabajó y ayudó a los necesitados para intentar reparar los daños, la situación no ha cambiado mucho. Varias familias viven en carpas sin los implementos necesarios para una vida aceptable. Es decir, a pesar del apoyo que se dio por parte de todo el país a los damnificados, éstos siguen siéndolo.



La ciudad hecha un infierno.


Si analizamos la situación, los responsables del estancamiento en vez de la mejoría serían los encargados de la campaña de ayuda a los damnificados. Además, el Gobierno debe estar pendiente en todo momento de un tema tan transcendente como éste, brindando siempre recursos para que las familias damnificadas vivan como lo hacían antes del trágico suceso.


A pesar del esfuerzo no se consiguió el objetivo.


A pesar que muchísima gente dio la mano, que salió a relucir la generosidad de las personas y se hicieron labores sociales, no se llegó al objetivo. Éste debía ser que, en un año, la gente afectada vuelva a su vida normal y cotidiana. El Gobierno se fija en las cuentas, en los gastos que se realizaron y en el tiempo que se dispuso para la campaña. En vez de eso, debería preocuparse en cuantas personas recuperaron sus hogares, cuantos servicios han vuelto a la normalidad y en que proporción se ha restituido la ciudad.

Para concluir podemos decir que, durante este año, se ayudó con víveres y elementos de primera necesidad, se realizaron labores sociales en las que se intentó reconstruir la ciudad y trataron de reinstalar los servicios de manera normal. Estas acciones lograrían que las personas gocen, nuevamente, de una vida tranquila, sin embargo, no se realizó correctamente. Esperemos que el próximo 15 de agosto, a través de una mejor organización y manejo de las campañas e insumos necesarios con mayor responsabilidad y preocupación del Gobierno, digamos que Pisco ha regresado.

Un verdadero desastre

A seguir trabajando

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